Durante más de
2.000 años la economía china operó bajo
un tipo de sistema feudal; la tierra estaba concentrada en
las manos de un grupo relativamente pequeño de terratenientes
cuyo medio de vida dependía de las rentas de sus campesinos
arrendatarios. A esa carga que soportaban los campesinos había
que añadir los impuestos agrícolas por parte
del gobierno imperial y lo imprevisible de las cosechas que
estaban sujetas a sequías e inundaciones periódicas.
En estas condiciones, la agricultura se mantuvo infradesarrollada,
organizada en pequeñas unidades, donde se utilizaban
métodos primitivos para garantizar una subsistencia
básica. El fin de las guerras del Opio en 1860, inició
formalmente un periodo de penetración occidental de
China desde los puertos costeros, en los que la presencia
occidental se había establecido bajo tratados diplomáticos
impuestos. Se construyeron ferrocarriles y autopistas, y se
comenzó un cierto desarrollo industrial. Toda esta
actividad tuvo, sin embargo, un impacto menor sobre el conjunto
de la economía china, puesto que China estaba repartida
en varias esferas de influencia controladas por potencias
coloniales en competencia por ampliar su área de dominio.
Japón, que había intentado unir China a su esfera
de coprosperidad del este de Asia, sólo fue capaz de
crear centros aislados de una economía moderna.
El Partido Comunista Chino emergió en la década
de 1920, en un marco de crisis económica causada por
la intervención extranjera y por la mayor influencia
de los terratenientes en el campo. Durante más de dos
décadas, expandió su control sobre grandes zonas
rurales al introducir un programa de reforma agraria basado
en el control de la renta, el ahorro y en dar poder a las
asociaciones agrarias. El 1 de octubre de 1949 el Partido
Comunista consiguió por primera vez desde el fin del
periodo imperial en 1912 establecer un gobierno nacional unificado
y una política económica conjunta para la zona
continental. Desde 1949 hasta 1952 lo más importante
era detener la inflación y acabar con la falta de alimentos
y el desempleo. El nuevo gobierno inició un programa
de reforma agraria que distribuyó tierras a 300 millones
de campesinos sin recursos. Durante el primer plan quinquenal
(1953-1957) el 92% de la población agrícola
estuvo organizada en granjas cooperativas. En 1958 se establecieron
las comunas rurales populares que han dominado la agricultura
china hasta comienzos de la década de 1980. La comuna
estaba basada en la propiedad colectiva de toda la tierra
y del utillaje agrario por parte de sus miembros, que debían
alcanzar las metas planificadas por el Estado y eran recompensados
de acuerdo con el trabajo que realizaban, aunque las necesidades
básicas de todos sus miembros estaban garantizadas.
En la ciudad, la propiedad estatal de las empresas industriales
y comerciales se fue extendiendo gradualmente. La industria
creció debido a las fuertes inversiones bajo el primer
plan quinquenal, y el sector estatal alcanzó una gran
importancia. El segundo plan quinquenal se introdujo en 1958
y ese mismo año el régimen se embarcó
en su Gran Salto adelante al que se dio una gran publicidad.
Este programa se caracterizó por las grandes inversiones
en la industria pesada y el establecimiento a pequeña
escala, de industrias como las refinerías de acero.
Sin embargo, el programa dio lugar a graves trastornos en
la gestión económica, impidiendo un crecimiento
económico racional y en 1960 se había abandonado
el Gran Salto adelante. La economía china entró
entonces en un periodo de reajustes, pero hacia 1965 la producción
en muchos campos se aproximaba de nuevo al nivel de finales
de la década de 1950. El tercer plan quinquenal comenzó
en 1966, pero tanto la producción agrícola como
la industrial habían sido restringidas por los efectos
de la Revolución Cultural; en 1971 comenzó un
cuarto plan quinquenal al comenzar una recuperación
de la economía.
Tras eliminar los vestigios de la Revolución Cultural
en 1976, los dirigentes chinos decidieron moverse a un paso
más rápido en todos los frentes económicos
para compensar las pérdidas que habían sufrido
en los diez años precedentes. Un quinto programa quinquenal
comenzó en 1976 pero se interrumpió en 1978,
cuando se lanzó el programa de las 'cuatro modernizaciones'
exigía la modernización completa de la agricultura,
industria, defensa nacional, ciencia y tecnología para
finales de siglo de manera que la economía pudiera
estar en las primeras posiciones mundiales. Un plan de diez
años desde 1976 hasta 1985 reforzó las mejoras
económicas y un papel mayor para empresas de propiedad
privada y colectiva (frente a las que pertenecían al
Estado). Este programa fue sustituido por un plan decenal
más modesto desde 1981 hasta 1990, pero continuaron
los esfuerzos por atraer la tecnología e inversiones
occidentales, al igual que el programa de incentivos para
incrementar la producción agrícola. Las políticas
introducidas en octubre de 1984 exigían una mayor descentralización
de la planificación económica y una mayor confianza
en las fuerzas del mercado para determinar el precio de los
bienes de consumo. El plan quinquenal de 1986 a 1990 anticipó
una tasa anual de crecimiento económico del 7%, pero
la economía se frenó después de la crisis
política que tuvo lugar en 1989. Sin embargo, el retraso
fue temporal y la economía china se recuperó
rápidamente a comienzos de la década de 1990
mientras el gobierno continuaba moderando los controles en
la economía; en 1992 la economía creció
en un 13%. Este rápido crecimiento ha dado lugar a
algunos problemas, como las altas tasas de inflación
en las áreas urbanas. |